Reducir el tráfico un 25% en Barcelona, la ciudad con mayor densidad de coches de la UE, podría salvar 200 vidas

Reducir el tráfico un 25% en Barcelona, la ciudad con mayor densidad de coches de la UE, podría salvar 200 vidas.

La contaminación de la metrópolis mejora lentamente gracias a las nuevas superillas y a los planes de electrificación portuaria, pero aún queda camino por recorrer.

La reducción del tráfico en Barcelona en un 25% evitaría 200 muertes prematuras al año, según un nuevo estudio publicado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal). La ciudad mediterránea sufre la mayor densidad de automóviles de la UE, con casi 6.000 vehículos por kilómetro cuadrado.

Aunque reducir el uso de motores de combustión no es tarea fácil, como comprobó la anterior Administración de la ciudad, esta nueva investigación científica muestra la diferencia que supondría. La calidad del aire de Barcelona mejoró en 2024 por segundo año consecutivo gracias a una serie de políticas de reducción de la contaminación, según informó en enero la red de vigilancia de la contaminación atmosférica de la ciudad.

El estudio del ISGlobal propone una implementación completa del Plan de Movilidad Urbana 2018-2024 lanzado bajo el mandato de la anterior alcaldesa, Ada Colau, y gestionado por su concejala de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz. «Este estudio se centra en Barcelona, pero también sirve de ejemplo para que otras ciudades comprendan el impacto que pueden tener las políticas específicas en la reducción de la contaminación atmosférica», afirma Mark Nieuwenhuijsen, director del programa de Clima, Contaminación Atmosférica, Naturaleza y Salud Urbana del ISGlobal.

Cómo salvar vidas en Barcelona reduciendo el número de coches

Los investigadores han trabajado con el Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS), también afincado en la capital catalana. Este ha desarrollado una tecnología para modelizar las emisiones del tráfico en toda la ciudad y sus consiguientes niveles de contaminación. A partir de una base de referencia fijada en 2019, elaboraron tres escenarios hipotéticos, cada uno con distintos niveles de reducción del tráfico.

La primera simulación elimina de las carreteras los vehículosmás contaminantes, pero no redice el número total de vehículos privados en la ciudad. El resultado fue un descenso del 5,9% en los niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂), el cual aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias. Según el modelo de los investigadores, esto evitaría 67 muertes prematuras al año.

En el segundo escenario, una reducción del 25% del número de vehículos privados en circulación se traduciría en una disminución del 17,6% de los niveles de NO₂, lo que evitaría 199 muertes al año. La mayoría de las personas afectadas por este cambio viven en el centro de la ciudad -la zona con mayores niveles de contaminación-, así como en el oeste. Allí, entre el distrito de Sants y la colindante Hospitalet de Llobregat, se encuentra una de las zonas con más densidad de población de toda Europa.

El ajetreado puerto de Barcelona también es una fuente importante de contaminación, ya que el tráfico marítimo contribuye en torno al 7% de la mortalidad relacionada con el NO₂ en la ciudad. Dado que el puerto planea electrificar sus muelles para 2030, el tercer escenario del ISGlobal analizó el impacto de este desarrollo. El resultado supone una reducción del 19,4% en los niveles de NO₂ y 228 muertes evitables menos al año.

Este escenario salvaría la mayoría de las vidas cerca de Zona Franca, uno de los distritos más empobrecidos y situado en torno a los muelles. «El estudio se centra únicamente en el impacto de estas medidas sobre los niveles de NO₂, pero es de esperar que también tengan un efecto positivo en términos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero», afirma Marc Guevara, jefe del equipo de modelización de emisiones atmosféricas del BSC.

¿Cómo ha reducido Barcelona su contaminación hasta ahora?

El año pasado, la metrópolis consiguió alcanzar sus niveles más bajos de dióxido de nitrógeno. La estación de medición del Eixample, en el corazón vial de la ciudad, redujo sus niveles de NO₂ casi un 6%.

Las autoridades atribuyeron esta mejora a diversos factores, entre ellos las medidas para aumentar el uso del transporte público. Las zonas de bajas emisiones también han contribuido a limitar la contaminación, al restringir el acceso de determinados vehículos contaminantes en amplias zonas de la ciudad.

También en el marco del Plan de Movilidad Urbana, la creación de superillas se ha ganado la admiración de urbanistas de todo el mundo. Este plan agrupa nueve manzanas de la ciudad y las cierra al tráfico de paso, diseñando en su lugar zonas de juego y espacios verdes.

Sin embargo, Barcelona debe avanzar más rápido en la limpieza de sus carreteras y su aire. «Aunque la mortalidad evitable que estimamos es significativa, ninguno de los escenarios propuestos en nuestro estudio sería capaz de cumplir con los nuevos límites de NO₂ propuestos por la Unión Europea en su nueva directiva de calidad del aire, que entrará en vigor en 2030″, dice Ana Ramos, investigadora de ISGlobal y primera autora del nuevo estudio publicado en la revista Health & Place. «Esto sugiere que debemos hacer más y de forma más efectiva para mejorar la calidad del aire en nuestra ciudad».

 

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